Esta ruta no tan concurrida, turísticamente hablando, ya que es un poco más complicada que otras posibles excursiones si vas en familia, nos lleva a la Cueva Negra, una cueva de dimensiones muy amplias: el acceso tiene lugar a través de una gran boca de 26x10m tras la que encontramos una enorme cavidad con una superficie de 2.300 m2 y un volumen de unos 40.000 m3 que hacen de esta una de las mayores salas de toda la Comunidad Valenciana. En cuanto a su historia, se han encontrado restos del neolítico.
Partimos de los Apartamentos Turísticos Campuebla, y aunque podríamos ir directamente por la carretera CV-20 dirección Puebla de Arenoso, optamos por aprovechar el fantástico paseo que bordea el río Mijares, por lo que bajamos la rampa en dirección la Fuente de los Baños. Una vez llegamos al puente de la CV-20 sobre el barranco Maimona, pasamos por debajo, giramos a la izquierda y subimos una escalera hecha con traviesas de madera, que nos llevara frente a la Fuente la Pechina.
De allí seguimos por la CV-20 hasta el poste de señalización que nos aparecerá a nuestra izquierda y que marca 700m hasta la Cueva Negra. Esta senda, rodeada de pinos carracos y matorrales está perfectamente marcada y es de fácil tránsito, salvo en algunos tramos que hay gravilla suelta y alguna raíz con la que se puede tropezar. Durante el recorrido ascendente podremos disfrutar, desde las alturas, del río Mijares y la serpenteante carretera que se adapta a las curvas que ha ido trazando el río. A los 600m aproximadamente aparece la señal que nos marca el camino hacia la izquierda. Estos aproximadamente 100 últimos metros que nos separan de la cueva son con más pendiente y resbaladizos. Una vez en la boca de la cueva podremos admirar las dimensiones de su enorme sala, y como en la mayoría de cuevas notaremos el cambio de temperatura con relación al exterior, fresquitas en verano y cálidas en invierno. Una vez dentro, si queremos entrar, podemos optar por ir por la izquierda, que nos llevara a un pasadizo que conduce a la parte alta del fondo de la cavidad o por el centro que bajamos a la base de la misma. Hay que extremar las precauciones ya que el terreno es húmedo y resbaladizo. En la parte baja de la cueva según la época del año se puede escuchar el sonido, que rebota en las paredes, de las gotas al caer, pájaros y algún murciélago.
La vuelta se hace en sentido contrario pudiendo aprovecha y cruzar el Puente Nuevo en dirección a Zucaina y ver las vistas panorámicas del Mirador del Río, que está al final del puente, donde en épocas de lluvia se ve como el barranco de la Maimona vierte sus aguas al Mijares.